lunes, 25 de octubre de 2010

¡Pobrecita yo…!

¡Me compadezco de mí!


de mi incapacidad

por elegir el odio

la venganza o las armas

mi pobre y desalmado corazón

prefirió la risa, la música y el gozo


me compadezco

de mi falta de agallas

para continuar siendo víctima

del llanto, del desprecio macho

de la injuria y el abandono


de mis pobrecitas manos

que no conocieron

el calor de la sartén, del fuego, del leño ardiente

por el cloro, el detergente y los ácidos

domésticos


de mis pobres piecesitos

que caminaron calzados

que no tuvieron callos

ni ampollas


de mi estómago

que no padeció hambres

sólo calambres de risa


de mis atormentadas piernas

que no han conocido

escaladas sin aire


pobre vagina mía

que conociste tan solo un parto

en tu vida


condenada vagina

también conociste el gozo

la ternura y la ricura

de unas manos ardientes

y por ellos

serás condenada


ay, mis pechos

pobrecitos

porque únicamente

amamantaron una cría


éstos, también serán condenados

por no resistirse al placer

de manos

y lenguas

llenas de locura

Maya Cú

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